HIGIENE MASCULINA DESPUÉS DEL SEXO

HIGIENE MASCULINA DESPUÉS DEL SEXO

El placer no termina cuando el sexo acaba; empieza una etapa igual de importante: el cuidado del cuerpo. Después de un encuentro intenso, la higiene es un acto de respeto hacia nosotros mismos y hacia la pareja. Lejos de ser una rutina fría, es parte del ritual erótico que prolonga el bienestar.

 

Un paso esencial es orinar después del sexo. Al hacerlo, ayudamos a limpiar la uretra y reducimos el riesgo de infecciones urinarias. Este gesto sencillo es una defensa natural que protege la salud sexual masculina.

 

Otro detalle clave es evitar cepillarse los dientes inmediatamente. Aunque muchos lo confunden con higiene, en realidad puede irritar las encías y facilitar la entrada de ITS si hubo contacto oral. Lo mejor es enjuagarse con agua o un enjuague bucal sin alcohol.

 

La ducha posterior también juega un papel importante. No se trata de borrar el encuentro, sino de retirar restos de sudor, lubricantes o fluidos que puedan irritar la piel. Lavar genitales, ano y manos con agua y jabón neutro mantiene la frescura y evita molestias posteriores.

 

Finalmente, cambiarse de ropa interior es otro acto básico de cuidado. La tela húmeda por sudor o fluidos puede favorecer la proliferación de bacterias. Vestirse limpio es cerrar el círculo del placer con comodidad y seguridad.

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